No habrá mucha diversión Mexicana en el 2010. La aprobación del presupuesto de egresos para el próximo año ha castigado severamente a la industria cinematográfica. Con una reducción del 46% de presupuesto el cine mexicano tendrá que ajustarse el cinturón, justo en una etapa en que parecía las cosas iban viento en popa. Como es costumbre México se mantiene atrasado en diversos sectores mientras vemos como en otros lugares del mundo los países si avanzan. En el caso del cine basta observar a naciones como India, Venezuela, Brasil e incluso China que comienzan a echar a andar sus industrias mediáticas con éxito. Mientras tanto México como en todo, va en retroceso.
Es cierto que en el país existen situaciones alarmantes de mayor importancia como el desempleo, pobreza, hambruna, inseguridad y muchas más. Sin embargo el gobierno mexicano se ha olvidado del poder mediático que el cine logra tener, sobre todo en momentos difíciles de tensión social y dentro del marco del bicentenario.
Países como Estados Unidos, la extinta Unión Soviética y la India, entre otros, se han caracterizado por plasmar su ideología nacionalista en el celuloide cinematográfico y llevarlo a las masas. Esto ha creado valores de unión y magnificación de sus respectivas historias. Basta ver películas como Pearl Harbor para sentir la indignación ante los japoneses, o el acorazado Potemkin para enamorarse de la cultura soviética y sentir ganas de pertenecer a esa nación.
Los Estados Unidos están conscientes del poder de este medio y han emprendido una conquista cultural por medio de sus contenidos. Ejemplos sencillos son la penetración de festividades como el Halloween y Thanksgiving en comunidades alrededor del mundo, incluyendo la mexicana. También es común, sobre todo en las generaciones jóvenes, que los ciudadanos mexicanos conozcan mejor la historia de los Estados Unidos que la propia, o que se sientan más orgullosos del a cultura Estadounidense y la prefieran a la mexicana. Por supuesto muchos otros sueñan con el estilo de vida que ven en las películas y dejan su mexicanidad en el olvido.
En medio de un panorama mexicano en el que la tensión social es alta y las movilizaciones sociales amenazan con emprender acciones cada vez más fuertes, el gobierno mexicano con tal de ahorrarse unos centavos ha dejado en el olvido una industria que podría servir como una gran distracción para relajar la tensión y como una forma de activar la economía. Se ha desaprovechado un importante medio por el cual se podrían engrandecer los festejos del próximo año con tal de que los diputados y senadores puedan mantener su vida de lujo y comodidad.
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Hablar del presupuesto para el cine, interesante. Lamento que este texto no tenga más antecedentes, con ellos sí sería un artículo.
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