jueves, 29 de octubre de 2009

Clausuran Granja del Norte

La escena artística mexicana está vestida de luto. Por la tarde del Miércoles la censura dio un nuevo golpe y con ella murió la ilusión de libertad. En una época en la que las represiones artísticas parecían desaparecer resurgen justo en el momento menos indicado.
La realidad del país es evidente. Diferentes problemáticas como el narcotráfico, la corrupción, la pobreza, la ineptitud de los políticos, entre otras, amenazan la estabilidad y el bienestar social. Mientras tanto los ciudadanos se enfrentan ante la impotencia de no poder hacer algo para mejorar la situación de ellos mismos, sus familias o su país.
La sociedad civil comienza a recobrar la consciencia sobre el inmenso poder que radica en ella. Al grito de cada quien desde su trinchera, los ciudadanos contribuyen desde diferentes frentes. Los twitterianos y bloggers se manifiestan por el Internet, los periodistas se hacen notar en los periódicos, y los músicos se expresan con sus melodías. Ante estos tiempos invernales (¿o iba con f?) de múltiples problemáticas, es responsabilidad de todos aquellos que tienen voz, denunciar y hablar por los que no la tienen.
El caso de la Granja de los Tigres del Norte es un retroceso lamentable. Estos señores alzaron la voz y denunciaron metafóricamente la realidad del país. Es decepcionante que la ineptitud del Gobierno (incluidos todos sus organismos políticos de todos colores y sabores) tengan que llegar al extremo de censurar canciones de puerquitos y gavilanes con tal de querer dar la impresión de un México en el que según ellos no pasa nada.
No es la primera vez que le ocurre esto a los Grandes Tigres del Norte. En el sexenio de Carlos Salinas “El Circo” fue removida de estaciones por incomodar a los intereses del represor del momento. Otras bandas como el ya legendario Three Souls in My Mind y el Haragán fueron relegadas de los medios por abordar temas incómodos sobre denuncia social. Un caso más reciente fue el de la banda Molotov quienes con su éxito Gimme The Power, musicalizaron la injusticia y corrupción ante la negativa del Gobierno por permitir la transmisión de sus canciones.

1 comentario:

  1. Bien por hablar de un tema así. La censura es peligrosa, crece en regímenes autoritarios.

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