En un salón de clases atestiguamos a una multitud de pequeños alumnos. Están contemplando con atención la puerta en espera de que el invitado del día la atraviese. Después de unos segundos de espera Afhit Hernández nos alegra con su llegada. Tras unos pocos segundos de tensión debida probablemente al asombro de los estudiantes al encontrarse con una persona tan culta, comenzaron las preguntas.
La aventura comenzó con una pregunta acerca de los caminos por los cuales se puede llegar hacia la poesía mística. Se mencionaron diferentes posibilidades como el sacrificio, las sustancias psicodélicas, el sexo, la religión, etcétera. Afhit nos explico que esos diferentes caminos si son factibles para abordar la mística, sin embargo aclaró que se debía comenzar por el principio y definir la mística y la poesía mística ya que existen diferentes aseveraciones que desvirtúan el significado de estas palabras y derivan en concepciones erróneas que impiden la adecuada comprensión de estos términos.
¿Qué es la mística?
La mística es toda esa realidad que escapa a ser encerrada por medio de las palabras. Es el estado espiritual, religioso, extasistico, o como ustedes quieran llamarle en el cual los límites de la dimensión temporal espacial se rebasan y la individualidad se desvanece para darle lugar al todo. Por lo tanto existen diferentes caminos para llegar a ella y conocerla. Sin embargo por la dimensión de estas sensaciones, visiones, olores, etcétera se debe recurrir a la metáfora, con la intención de describir de la mejor forma posible los relatos. Sin embargo esta es una realidad que no se puede contar, más bien se debe sentir y es ahí donde vive el dilema y la fuerza de la poesía mística, en la capacidad de poder sintetizar esta energía en palabras y que el espectador la capte o al menos le dé una buena idea.
Después de haber disertado sobre las implicaciones y definiciones de la mística, ejemplos de su uso a lo largo de la historia y las formas en que se puede alcanzar, la sesión dio un giro que se convirtió en un deleite para los fanáticos de la literatura. Afhit Hernández comenzó a citar a diferentes autores a lo largo de la historia que han hablado en sus libros de la mística y las realidades paralelas a nuestra vida diaria. Autores como Huxley y Rusell desfilaron a través de las palabras de la sesión, en la cual Afhit nos relató la manera de comprender el mundo desde cada una de sus perspectivas, esto derivó en otra pregunta.
Existen dos caminos para llegar a la mística uno es por medio de la razón y otro por medio de la emoción. ¿Existe una forma adecuada de llegar o de perderse en el camino?
Diferentes personas han logrado llegar a la mística por diferentes caminos. Algunos como Rusell lo intentaron por medio de la lógica pura, sin embargo llego a momentos en los que perdió la razón. Otros como los griegos lo intentaban alcanzar por medio del dejarse llevar. Algunos otros como Huxley lo intentaron por medio de una mezcla de ambos canales, el dejarse llevar por sustancias como el LSD y con el uso de la razón por medio del análisis de sus experiencias. Sin embargo no existe un solo camino y hay gente que ocupa otros caminos como el deporte, el sexo, la ausencia de alimento, etcétera.
La conversación continúo y llego a un punto en el que se le cuestiono a Afhit sobre su fascinación hacia la luz azul. El nos respondió que en diferentes culturas se hace referencia a la luz azul como una luz que se ve al momento de entrar en las dimensiones del éxtasis. La sesión finalizo con un juego de pregunta rápida en la cual a Afhit se le declamaron diferentes palabras y el debía contestar lo primero que se le viniera a la mente. El juego comenzó y diferentes palabras como azul, Dios, luna e incluso Elsa Cross circularon en la pasarela. La entrevista termino y cada uno de los integrantes de este deleite literario partió a casa con una nueva concepción de la poesía mística y de Afhit Hernández.
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